lunes, 15 de febrero de 2010


Los Libertadores viven



El destino de América es la Libertad. Fue invadida, colonizada; colmada en genocidio, conquista y humillación.
Luego de 300 años fue un imperativo su independencia; por ello, vinieron al mundo hombres que encarnaban la energía de la historia para llevar acabo tan altos ideales. Eran tiempos de “Revolución”, Inglaterra, Francia, Norteamérica; el absolutismo fenecía.
Miranda, hombre curtido en ideas y experiencias —Francia, Rusia, Norteamérica—fue el encargado de introducir al Sub-Continente hacia su glorioso destino, Bolívar, para entonces muy joven, el encargado de capitalizar aquellas nobles pretensiones; y con él: Sucre y los Libertadores. Una vez libre, la América unida es víctima de: 1- Las apetencias de poder de los grupos internos (“La Oligarquía”) y 2- El anhelo y pretensión de dominio de la joven nación norteamericana. Ambos factores se conjugaron letalmente para echar por tierra el sueño de los “Libertadores”. Es así como el Norte nos divide para dominarnos; y las Oligarquías dócilmente cómplices hacen su parte como ejecutores tácticos de la vil estrategia. Una vez más, América cae en esclavitud, mientras se cree libre. Se precisa una nueva independencia, se respira la necesidad: nace Zamora, lo intenta y falla; pero queda el ideal, el camino. Cuando nos dirigíamos a un aparente punto de no retorno, un grupo de hombres valientes y honorables toman la encomienda en sus manos, Venezuela se estremece, fallan, pero es necesario vencer, hay demasiado en juego; la historia actúa y las circunstancias generan otra oportunidad. Lo logran esta vez y nace la Quinta República, el Pueblo se expresa: creamos la Constitución más avanzada del mundo. Trabajamos, se asoma el soborno, no prospera, el Gran Líder es de la Casta Libertadora; la Oligarquía reacciona, pero ya es tarde, el Pueblo despertó. Repite la hazaña libertaria de hace doscientos años y se determina a ser libre, mientras intuye lo que otros se resisten a creer: En Venezuela: Miranda, Bolívar y todos los Libertadores viven. No hay fuerza humana capaz de detenernos.

Ever Pisani
Director
Fundación Proyecto Libertador

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